viernes, 22 de febrero de 2013

EDUCAR LA PUNTUALIDAD. EL PAÍS DE LAS NUBES:SATÉLITE



Esta cualidad parece pequeña, pero es importante para la vida diaria y para cualquier tipo de convivencia con los demás, ya que la puntualidad es la que posibilita la coordinación de las actividades de los distintos miembros de la sociedad. Ser puntual significa, por ello, ser responsable, así como respetuoso y considerado con el tiempo de las demás personas. Si remarcamos este último aspecto, podemos hacer que la puntualidad no resulte  una consecuencia fría  de nuestra sociedad, marcada por un reloj, sino que la convertimos en un valor que posibilita el encuentro con las otras personas, considerándolas tan importantes que no debo hacerlas esperar.
La falta de puntualidad puede tener distintas causas: falta de organización, ligada frecuentemente a pretender realizar más de lo que se puede en un tiempo dado; falta de dominio para cortar con la actividad en curso y también, aunque sea inconsciente, un cierto grado de egoísmo que me hace considerar mis tareas o actividades más importantes que las del otro, que puede esperar.
En el mundo que nos toca vivir, nos guste o no, no nos queda más remedio que usar un buen reloj y vivir con un horario, a veces, bastante apretado. Nuestros hijos heredarán esta sociedad. Por ello sería una buena costumbre poner la puntualidad como una de las bases de nuestra vida. Si queremos que los niños la aprendan, y sin estrés, hemos de vivir en casa de manera que la facilitemos:

       -Calculemos el tiempo necesario para llegar puntuales, seamos realistas: calculemos tiempo de  niño, no de adultos, a veces pedimos imposibles. Apremiar luego sería injusto y contraproducente.

       - No nos distraigamos (los padres) con cualquier curiosidad o antojo que no proceda en ese momento, seguro que luego nos tocará correr y ponernos nerviosos. Sin embargo, nos sienta fatal pillarles a ellos jugueteando cuando es hora de espabilar (y eso que son niños).

       -Pensar que la cantidad de actividad correcta que debemos pretender es aquella que me permite hacerlas todas bien y con tranquilidad. Las personas somos personas (¡qué bonito!), no máquinas ¿para qué queremos hacer más? ¿lo habéis pensado alguna vez?  El rendimiento máximo que hemos de buscar para nuestra realización  será incorrecto y altamente dañino si “excedemos los límites de velocidad”.

EL PAÍS DE LAS NUBES: SATÉLITE

Satélite es un duendecillo muy puntual y esto le ayuda mucho en su vida.  Como sale puntual de casa, llega siempre puntual al cole, muy contento. Las madres de los otros duendecillos, le preguntan a la de Satélite: - chica ¿qué le das de desayunar? ¡Siempre tan contento!
Nunca llega tarde a una cita médica, así él colabora a que el médico no acumule retrasos para otros pacientes. Le dice a su madre:
- venga mamá, vámonos ya, que por que nos sobren allí tres  minutos no  pasa nada…
- ya voy, ya voy… desde luego, hijo, si todo el mundo fuera como tú, todo iría sobre ruedas.

Pero la madre de Satélite agradece esta cualidad de su hijo, porque luego, como van sin prisas, van hablando tan a gusto, disfrutando de ese ratito que tienen juntos…

Cuando queda con sus amigos para hacer un trabajo está a la hora dicha, para aprovechar el tiempo, no vaya a ser que alguno se tenga que ir a alguna actividad después y no se puedan alargar. Además, si acaban pronto aún podrán jugar un rato…

Lo mismo para trabajar que  para jugar, cuando se va con sus amigos sabe que ha de estar de vuelta para la hora de la cena.  Y así lo hace. Ni cinco minutos después, ni cinco antes, a su hora, le gusta ser persona de palabra y le ha dicho a su padre:
            -tranquilo, papá estaré aquí a la hora.

Sus padres saben que es verdad, se ha ganado su total confianza, por que es de los que dicen y hacen. ¡Da gusto!

PROPÓSITO:

Les podemos proponer a nuestros hijos  un reto: levantarse a la hora para salir a la hora exacta para llegar al cole. Es un reto familiar, que todos estén en la puerta a las X:X minutos para el despegue del cohete. Puede haber un encargado de anunciar la cuenta atrás. Avisará  a los 10 minutos antes de salir, diciendo: ¡10 MINUTOS PARA EL DESPEGUE! De nuevo avisará a los 5 minutos antes de la salida, diciendo: ¡5 MINUTOS PARA EL DESPEGUE!¡ALERTA AMARILLA! (revisión de neceseres, mochilas, almuerzos…)
Finalmente dirá: ¡ALERTA ROJA: 1 MINUTO PARA EL DESPEGUE!   (ponerse abrigos, coger mochilas…)
Y cuando queden 20 segundos empezará la cuenta atrás: 20,19,18… aquí el padre o madre tiene que ir abriendo cerrojos para que al decir “¡CERO! “ el cohete no atraviese la puerta.
           

No hay comentarios:

Publicar un comentario